Josefina de la Torre

Josefina de la Torre



Agua clara...

Agua clara del estanque.  
Era un espejo del chopo  
y alfombra verde del cielo  
con reflejos de los árboles.  
¡Oh si yo hubiera podido  
entrar con los pies descalzos  
y ser el viento en el agua  
y hacer agitar el chopo!


La tarde...

La tarde tiene sueño  
y se acuesta en las copas de los árboles.  
Se le apagan los ojos  
de mirar a la calle  
donde el día ha colgado sus horas  
incansable.  
La tarde tiene sueño  
y se duerme mecida por los árboles.  
El viento se la lleva  
oscilando su sueño en el aire.


Toda mi ilusión...

Toda mi ilusión la he puesto  
en la espera de un mañana.  
¿Cómo vendrás? ¿Adornado  
de blanca flor de retama  
o de flor de pensamiento  
que de luto se engalana?  
¿Vendrás con rojas miradas  
o con pálidas miradas?  
¿Tendrás voz, tendrás sonrisa,  
o no me guardarás nada?  
¡Mañana, horizonte en niebla,  
fiel timón de mi fragata:  
hace tiempo que me llegas  
con las velas desplegadas!

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