Mamá África cuenta : la leyenda del río Níger

La leyenda del río Niger

Hace mucho tiempo vivía en el reino de Bambara una anciana que poseía un toro muy gordo. Ella lo amaba y no quería separarse de él. Pero llegó el hambre y el jefe de la aldea preguntó al rey:

 "Majestad, hay una anciana en la aldea que tiene un toro enorme que podría alimentar a toda la aldea, pero ella no quiere renunciar a él".

El rey autoriza el secuestro del bóvido.

Los aldeanos lo agarran y tratan de matarlo, pero ningún cuchillo penetra en el cuero de la bestia. El rey debe intervenir nuevamente, convocar a la anciana, quien después de las negociaciones consiente en matar a su toro, pero exige que le devuelvan la grasa del animal en un frasco que almacena en su cocina.

Pero cuando cae la noche, la grasa se derrite, sale del jarrón y se convierte en una hermosa niña. Luego comenzó a barrer, a limpiar el patio de la casa modesta, pero, a la primera luz del alba, volvió a entrar en el frasco, licuada y congelada. La anciana de la mañana está asombrada ... sorprendentemente renovada cada día cuando el fenómeno se repite

Una noche, simulando el sueño, se queda mirando a través del ojo de la cerradura y aparece cuando la grasa vuelve a su forma humana.

De este encuentro nace una amistad.

La anciana obstruye las ventanas de la cocina: "Podrás vivir allí y no tendrás que reinstalar en  este frasco todas las mañanas por temor a la luz del día".

Pero el rumor se está extendiendo en el pueblo.

Rápidamente la belleza de la joven se sabe y hace hablar.

Un noble logra verlo y corre hacia el rey.

"Señor, hay en en casa de la anciana que tuvo el toro una joven de admirable belleza.

Quiero casarme con ella, pero la anciana se niega a darme su mano ".

Luego el rey se dirige a la anciana e inmediatamente se enamora de la graciosa joven.

Todavía decide hacer de la bella su tercera esposa.

Éste acepta con la condición de nunca ver la luz del día ... el rey no hace ninguna pregunta.

Pasan meses felices donde el rey lo cuida.

Pero un día tiene que irse de viaje.

Las dos primeras esposas, celosas, aprovechan la oportunidad para abrir las persianas de las habitaciones en las que la joven pasa sus días.

Inmediatamente, ella comienza a derretirse, se resbala en el suelo, pasa por debajo de la puerta y fluye hacia el valle.

Se convertirá en el río Níger.

A su regreso, el rey, loco de dolor y siempre enamorado, se convierte en un hipopótamo y se lanza al río.

Las esposas, que tienen órdenes de seguir por la eternidad, se transforman una en un caimán y la otra en peces.

Desde ese día, Níger, bajo la mirada de cocodrilos, acaricia a los hipopótamos mientras los peces los evitan cautelosamente